Creación de personajes: Distintos puntos de vista de un mismo objetivo

La dualidad villano/héroe

En la construcción de cualquier novela o guion, la creación de personajes convincentes y tramas atractivas es fundamental. Entre estos, los objetivos de los villanos y héroes juegan un papel crucial, actuando como el motor que impulsa la narrativa hacia adelante. Inspirándonos en el concepto del «viaje del villano» y de la “psicología del villano”, podemos explorar cómo la contraposición y evolución de los objetivos de estos dos arquetipos enriquecen la trama y profundizan la exploración temática de la obra.

El Villano, ¿tan importante es?

Contrario a la creencia popular, un villano no es meramente un obstáculo para el héroe, sino un personaje con una profunda historia personal, objetivos propios y un viaje evolutivo que a menudo espeja el del héroe.

Este viaje, detallado en esta entrada, se inicia en un «mundo ordinario», donde el futuro antagonista enfrenta un «encuentro con el problema» que desafía su status quo, empujándolo hacia un «encuentro con el mentor tóxico» que corrompe sus valores y aspiraciones iniciales.

Este desarrollo no solo añade complejidad al villano, haciéndolo más humano y comprensible, sino que también establece una base para conflictos internos y externos más ricos. A medida que el villano atraviesa las pruebas y transformaciones de su viaje, sus objetivos se vuelven cada vez más claros y, a menudo, más oscuros. Esta evolución ofrece una multitud de oportunidades para conflictos dinámicos con el héroe, cuyos propios objetivos suelen ser antitéticos a los del villano.

El héroe: luz en contraposición

En contraste, el viaje del héroe tradicionalmente aboga por la moralidad, la justicia y el bien común. Sin embargo, cuando se le enfrenta a un villano bien desarrollado, el héroe debe navegar un camino igualmente complejo, cuestionando sus valores, enfrentando tentaciones y, en última instancia, redefiniendo su noción de justicia y heroísmo.

Quizás sea este el punto más importante, donde el villano intentará mover los valores y pensamientos del héroe. Éste, a diferencia del villano que terminó sucumbiendo al mal, se mantendrá en sus valores sin llegar a convertirse nunca en villano.

La interacción entre los objetivos del héroe y del villano es lo que realmente enriquece la trama. Por lo tanto, la creación de personajes es realmente un punto importante, ya que no se trata solo de la lucha entre el bien y el mal, sino de la exploración de los grises morales, de los errores y aciertos que ambos personajes cometen en su camino. Esta dinámica añade una capa de profundidad psicológica y emocional a la narrativa, alentando al lector a invertir emocionalmente en ambos lados del conflicto.

El encuentro final es mucho más que un conflicto

El clímax de cualquier novela a menudo ve a estos dos arquetipos enfrentarse, no solo en una batalla física, sino ideológica. Los objetivos de ambos personajes se ponen a prueba, y es en este momento donde la novela revela sus temas centrales. El resultado de este enfrentamiento no siempre es la victoria tradicional del héroe, sino a menudo en un entendimiento más profundo de la condición humana, lo que refleja la complejidad de las decisiones morales y éticas que enfrentamos.

La simbiosis narrativa

Los objetivos de villanos y héroes, lejos de ser meramente puntos de trama, son reflejos de las ambiciones, miedos y deseos inherentes a la condición humana. Al explorar estos objetivos a través del «viaje del villano» y su contraparte heroica, las novelas pueden ofrecer perspectivas profundas sobre la dualidad moral, la redención y la caída, invitando a los lectores a una experiencia narrativa que trasciende el simple entretenimiento para adentrarse en el terreno de lo filosófico y lo universal.

Resumiendo, que al centrarnos en los objetivos de nuestros villanos y héroes, no solo enriquecemos sus personajes, sino que también profundizamos la trama y exploramos temas universales qué resuenan con los lectores mucho después de cerrar el libro.

Eso que al finalizar la lectura te hace pensar, ¿y yo qué haría?