infoxicacion
Gracias a que nuestro cerebro funciona de manera focalizada y tan solo percibimos aquello a lo que estamos predispuestos, no llegamos a procesar la cantidad brutal de información con la que nos bombardean diariamente.
Panfletos, publicidad, marcas, bolsas, carteles en edificios, autobuses, radio, televisión, redes sociales, anuncios en nuestro buzón de correo. Y cuando llegas a casa y cierras la puerta, te sientas en el sofá y piensas que vas a desconectar, “tiling”, suena tu móvil, un whatsapp o mensaje o un correo.
La información o mejor dicho el exceso de información, al que ya se ha acuñado cómoinfoxicación (acrónimo de información e intoxicación) nos invade, nos molesta y no nos deja descansar.
Voy a plantear un pequeño ejercicio…
Se trata de pensar en 5 marcas de coche, 5 equipos de fútbol, 5 marcas de bebida… fácil, verdad? Ahora viene lo difícil, trata de pensar en 5 valores actitudinales: amor, generosidad, creatividad, eh… mmm? Honestidad y … a ver déjame pensar, … empatía. Lo conseguí, pero no se trata en conseguirlo se trata de cual de los ejercicios ha costado más y cual menos.
Entonces el problema no es sobre cuánto se informa sino sobre qué y quién. 
  • Sobre el qué: Claramente estamos bombardeados por la publicidad sobre los temas anteriores y se invierte poco en valores actitudinales, por ejemplo.
  • Sobre el quién: Recuerdo el dicho ese que dice: La historia la escriben los ganadores. Por lo que según quien informe, los datos pueden cambiar, por eso será conveniente buscar fuentes de datos fiables e ir revisando, actualizando y contrastando estas fuentes.
  • Sobre quién la recibe: Otro punto que debemos trabajar es reinterpretar los datos que nos llegan, preparar estos datos y digerirlos. Y vigilar en las trampas de la comunicación: presuntamente, posiblemente, genéricos (Todos los políticos mienten, no quiere decir que el 100% de ese grupo haya hecho lo que dicen que ha hecho, pero si una gran parte), vídeos dónde no se ve nada, o salen dos testigos en contra y ninguno a favor.
Es un duro trabajo no dejarse llevar por los datos con los que nos bombardean. El hecho de estar siempre alerta, reinterpretando cada dato que percibimos al principio es duro, pero a la larga nos será más fácil y beneficioso.
Ser crítico y desconfiado con las noticias nos ayudará a prever cortinas de humo (noticias que tapan otras noticias) para que no nos tomen el pelo.